La salida es comunitaria

La salida es comunitaria

La situación global que generó la pandemia de Covid-19 lejos está de ser controlada a pesar de que varias vacunas ya mostraron su eficacia y se avanza con la inmunización. Nuevas olas regionales de la epidemia arrecian y aparecen mutaciones que sobrecargan con sus efectos los sistemas de salud.

El avance científico posibilitó en tiempo récord tener opciones de vacunas, que proceden de las grandes potencias mundiales y sus laboratorios;  pero encontraron aquí un nuevo escenario e instrumentos para una geopolítica económica tan desigual como deshumanizada. Precisamente, la mayor dificultad para acercarnos a una situación de postpandemia deviene de la concentración económica mundial.

Se requieren cerca de 11.000 millones de vacunas para inmunizar las tres cuartas partes de la población mundial, el umbral aproximado que se necesita para lograr la inmunidad comunitaria. Pero hasta ahora, solo se han producido unas 1.700 millones de dosis y sólo 10 países concentran el 75% de las vacunas y 130 países aún no han recibido ninguna. En el cálculo de dosis cada 100 habitantes, Israel lleva 121, Estados Unidos 82 y Alemania 47. Otros países como Argentina 22 y Brasil 25, mientras que Sudáfrica no llega a 1 vacuna (0.81) por cada 100 habitantes y el Congo registra solo el 0.01 %.

En esta encrucijada el Gobierno de nuestro país logró enormes resultados al encarar una estrategia de múltiples aprovisionamientos. Hoy está entre los 20 países que recibieron más vacunas en términos absolutos y se avanza con el esquema de inmunización en la medida que las remesas llegan.

A pesar de los empujes en este sentido, aún estamos lejos de la inmunidad comunitaria en Argentina y la principal estrategia sigue siendo evitar los contagios. En estos días la segunda ola de infecciones está impactando con enorme virulencia. A mediados de mayo en el total del país se registraron por encima de 35.000 contagios diarios con pérdidas de vida récord, marcando guarismos de los más altos desde el inicio de la pandemia. Hoy más de 70.000 argentinos y argentinas perdieron la vida a lo largo de un año y medio desde que el coronavirus atravesó nuestras fronteras. Esto llevó a tomar medidas a nivel nacional que retoman fuertes restricciones a la circulación en los últimos días de mayo.

La situación en la provincia de Córdoba es especialmente complicada por estos días y la perspectiva no es alentadora: las autoridades provinciales alertan de la alta ocupación de camas especializadas para tratar casos graves y con más de 4.000 nuevos contagios diarios totales, por lo que debemos redoblar esfuerzos no sólo en las grandes urbes provinciales, sino en las pequeñas y medianas localidades para evitar mayor sufrimiento. Además, se informó que no hay en nuestra provincia, departamentos sin registros de nuevas infecciones en las últimas semanas.

Cualquiera de nosotros/as que hayamos recurrido en las últimas horas a los centros de testeos en nuestra provincia habremos vivenciado las largas colas, demoras y el enorme esfuerzo que tanto allí como en los centros de atención realizan los compañeros y compañeras que se desempeñan en el área de la salud. Las medidas gubernamentales en cuanto a las restricciones en actividades, como la educativa, de mayor concentración de personas no pueden demorar. La responsabilidad ciudadana también debe ser expresada en su máximo nivel en estos momentos.

El punto donde nos encontramos es complejo, sus derivaciones con un enorme potencial devastador requieren un ejercicio de coordinación de actividades comunitarias. La solidaridad como sostén del bien común es fundamental. Los medios de comunicación -sobre todo- cumplen un rol preponderante a la hora de informar sobre la situación, los planes de vacunación, la necesidad de canalizar las consultas y no asumir métodos de tratamientos no aprobados, la responsabilidad en el cuidado y autocuidado, el discernimiento sobre las formas de prevención, etc.

Como docentes desde el comienzo de esta situación venimos realizando un enorme esfuerzo, junto con la Comunidad Universitaria, por mantener la actividad educativa, de investigación y vinculación con la comunidad, adaptándonos a las circunstancias de distanciamiento y aislamiento social. Las nuevas tecnologías pasaron a ser parte de nuestro trabajo, lo que nos está llevando a repensar el conjunto de las estrategias pedagógicas.

En lo particular, desde ADIUVIM, impulsamos algunas cuestiones a repasar:

  • A nivel nacional, participamos desde diferentes instancias paritarias con nuestra federación FEDUN. Fuimos construyendo junto al Gobierno Nacional criterios para adaptar el trabajo docente priorizando tanto los derechos laborales como el derecho a la salud. Pusimos -en todo momento- fuerte énfasis en la necesidad de no apresurar instancias presenciales sin condiciones de control de la pandemia, hemos acompañado el pedido en el que se solicitó al gobierno nacional avanzar en la vacunación de las y los docentes universitarias/ios, en tanto medida fundamental para el retorno a la presencialidad. En la discusión salarial logramos un 35 % de incremento (cuotificado)  que incluye dos revisiones hasta febrero de 2022.
  • En la Paritaria Local trabajamos para que se reconocieran económicamente los costos de la digitalización de nuestras tareas; pedimos el reconocimiento de las tareas de producción de materiales pedagógicos para el desarrollo de los espacios curriculares en entornos virtuales e impulsamos que se adecuara la sustanciación de concursos al nuevo contexto para continuar con la carrera docente (tema que se profundizará en las próximas semanas); instamos a que se pongan en marcha protocolos que garanticen las condiciones de salud para actividades que requieran algún nivel de presencialidad; pusimos en marcha estrategias de compra de alimentos de manera comunitaria, capacitaciones que mejoren nuestro transitar por este proceso, la provisión de barbijos sociales producidos por el CONICET (en los próximos días estarán disponibles), entre muchas otras acciones.

Hoy más que nunca debemos ser capaces de mirar más allá de nuestras propias particularidades como docentes. La situación nos incluye tanto como nos trasciende y tenemos mucho que aportar a construir capacidades de resiliencia comunitaria. Desde las tareas áulicas, investigando, articulándonos con experiencias territoriales, ejerciendo la solidaridad con el resto de trabajadores y trabajadoras y luchando con esfuerzo y conciencia por nuestros derechos.

Comisión Directiva ADIUVIM

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