La salida es con más educación: No al ajuste
ADIUVIM rechaza los recortes a la educación anunciados en estos últimos días por el Ministerio de Economía, los cuales suponen un desfinanciamiento de casi $50.000 millones para el Programa Conectar Igualdad y cerca de $20.000 millones que serían transferidos a las provincias, de los cuales $15.000 millones tenían por finalidad mejoras edilicias para jardines de infantes.
Las urgencias que derivan del cumplimiento de exigencias para el pago de la ilegitima e irresponsable deuda tomada- y fugada prácticamente en su totalidad durante el anterior gobierno- no pueden ni deben recaer en la educación que tanto necesita nuestro pueblo. En todo caso son los propios evasores y fugadores junto a quienes tuvieron la responsabilidad del gobierno quienes deberían responder por esta situación.
Esta medida claramente significa un fuerte retroceso respecto de los avances que comenzaban a materializarse en este último tiempo; sobre todo luego de las múltiples dificultades que se nos presentaron en estos dos últimos años de pandemia, sumados a las políticas de los años anteriores, signadas por ajustes, recortes, desfinanciamiento de áreas clave como CONICET, caída del salario (los/as docentes universitarios/ias perdimos en este período entre un 25% y un 30% de nuestros salarios), “cierre de la negociación paritaria” (unilateralmente el gobierno decidió los aumentos que siempre fueron a la baja de la inflación), reducción de presupuestos, nula construcción de edificios escolares (recordemos las promesas de campaña de “un jardín de infantes por día” de los cuales no se construyó si quiera “uno” en todo el país), además de cierre y desarticulación de programas como fue el caso del Programa Conectar Igualdad, el mismo que hoy recibe un nuevo recorte que pone en riesgo su continuidad.
Insistimos en la necesidad de revisar y corregir esta decisión que afecta a todos los argentinos y argentinas, y de buscar los recursos que se necesitan en quienes se enriquecieron y enriquecen a costa de la miseria de todo el pueblo. Es necesario actuar con determinación y firmeza, para que se retome cuanto antes la senda de la inversión en educación ya que ello supone siempre una política estratégica para el modelo de país que todo gobierno, independientemente del signo político que fuere, debe ayudar a construir. Sostenemos que la inversión en educación, la cual por ley establece un mínimo del 6% del PBI, tiene un impacto siempre favorable pues no solo resulta clave para el desarrollo del país sino que también repercute en tantas otras dimensiones como aquellas que tienen que ver con el trabajo, la seguridad o la cultura, por citar algunas.
Los/as docentes universitarios/as como productores/as de conocimiento social, productivo, estratégico y relevante; como agentes educativos/as vemos como estos recortes en recursos, en infraestructura, en investigación, profundizados en los últimos años impactan en las condiciones de trabajo, generando una precarización estructural. Precarización que va en desmedro de la calidad educativa que ha caracterizado a nuestras universidades durante décadas. Los/as docentes que trabajamos para y con los sectores populares más vulnerables de este país, con niños/as, adolescentes y jóvenes, sabemos que es en la educación en dónde se cimienta el sentido común y los valores que contribuyen a forjar una ciudadanía emancipatoria o a una serie de consumidores/as pasivos en una sociedad cada vez más desigual. Los/as docentes compartimos su cotidianeidad, sus necesidades, sus modos de resistencia; lo hacemos aun cuando no estemos suficientemente preparados/as para ello. Aun así, sabemos que lo que hacemos dista de ser suficiente para satisfacer la magnitud de la tarea que tenemos en frente.